GRANDIOSO

Turismo natural


Parques temáticos: basado en atracciones turísticas de temas concretos. Se caracteriza por la participación activa del visitante

Ecoturismo: basado en el contacto con la naturaleza. Sus recursos los componen los parques nacionales, es decir, una flora y fauna interesante en la zona receptiva.

Rural: el desarrollado en el medio rural, cuya principal motivación es conocer las costumbres y las tradiciones del hombre en el mundo rural. Se interesa por la gastronomía, la cultura popular, artesanía.

Agroturismo: su finalidad es mostrar y explicar el proceso de producción de las fincas agropecuarias y las agroindustrias.

Agroecoturismo: es aquel donde el visitante se aloja en habitación con estándares turísticos, pero participa de los labores agrícolas, convive y consume los alimentos con la familia.

Ornitológico: es el turismo centrado en el avistamiento y observación de aves.

Comidas y bebidas en Europa


Su paladar podrá degustar las más variadas especialidades regionales. Tendrá mucho para contar en su diario de viaje y en futuras reuniones sociales y cócteles.

De norte a sur y de este a oeste, Europa presenta una enorme riqueza de alegres tradiciones gastronómicas. Se podrán contar miles de anécdotas de un viaje a Europa, sea el primero o el vigésimo, pero ir a comer es sin duda una de las experiencias que dejan las impresiones más perdurables.

Desde el ritmo y la hora de la cena hasta las especialidades regionales y el ambiente de los lugares para comer más sencillos, todo se combina para hacer de éste uno de los elementos más importantes de su viaje a Europa.

Para ir a los lugares de mejor precio–y encontrar una buena forma de conocer tanto a nativos como a visitantes-busque los restaurantes típicos, tales como trattoria, tasca, bar de tapas, taverna, pub, bistró o Kaffeehaus. Aproveche los menús para turistas o menús prix fixe escritos en varios idiomas, que presentan especialidades locales a un precio fijo.

Visite y haga sus compras en mercados al aire libre: tendrá la oportunidad de hacer un picnic de quesos, panes y frutas locales, un almuerzo improvisado y económico. Algunos cultivos deliciosos de la temporada incluyen la mora “cloudberry” de Finlandia y Suecia, el espárrago blanco de Alemania u Holanda, las trufas de Francia, los tomates de Italia o el salmón fresco de Irlanda. Disfrute de una variedad de platos nacionales: en Latvia, pruebe blynai; deguste el delicioso guiso de conejo de Malta; deléitese con vepřo-knedlo-zelo, la comida nacional de la República Checa, hecha con cerdo grillado, sauerkraut y masa; o saboree las salchichas picantes llamadas thuringer en las calles de Luxemburgo.

Pruebe las bebidas líderes de cada región, ya sea vino, cerveza, sidra, vodka o un brandy local. Verifique en las oficinas de turismo cuál es la lista de cosechas de vino en los países que está visitando, ya sea para que pueda participar de la vendimia por un día o simplemente llegar a tiempo para la degustación de vinos.

Cuando viaja a países con una clara tradición marítima, como Noruega, Islandia, Finlandia, Dinamarca, Chipre o Grecia, donde los frutos de mar constituyen una parte importante de la dieta, pruebe el pescado fresco, que es llevado directamente al restaurante y preparado en una variedad de recetas deliciosas. Los países con largas costas, tales como Croacia o Portugal, también ofrecen especialidades en frutos de mar, como bacalao, pulpo y sardinas frescas en verano.

Del mismo modo, la cocina centro-europea suele ofrecer platos a base de carnes, como fuertes guisos con masa guisada o fideos, tales como el goulash de Hungría o el Wienerschnitzel (un corte de carne rebozada en pan) de Austria. Los países escandinavos también pueden incluir ciervo en sus menús.

Cada país tiene su postre típico que ostentar, desde el gelato en Italia y el trifle inglés (una combinación de bizcocho, natilla, gelatina y frutas), hasta la potica de Eslovenia (una masa rellena con nueces) y los intricados postres vieneses coronados con merengue y exquisito chocolate.

Los vegetarianos en general encontrarán platos sin carne y sin lácteos en la mayoría de los países. Y, por supuesto, para amantes de la carne, las hamburguesas y los sándwiches (aunque puedan llamarse panini o croque monsieur) siempre están a la mano.

En otras secciones del sitio, incluso en las páginas dedicadas a cada país, encontrará información adicional sobre las delicias de la cuisine local de los distintos países de Europa.

Europa en el mundo

Europa es un continente de ocupación humana muy antigua. Hoy en día la civilización creada en torno al Mediterráneo está extendida por todo el mundo, bien como única, bien superpuesta, bien coexistiendo.

Los límites de Europa son: el cabo Norte y el casquete polar al norte; el océano Atlántico al oeste; el Mediterráneo, el mar Negro y el Cáucaso al sur; y los montes Urales y el río Ural al este. Históricamente este límite oriental se ha ido desplazando. En tiempo de los romanos fue el Danubio y más tarde el Elba, el Vístula-Dniéper y el Volga. La superficie es de 10.359.358 km2.

La idea de Europa es una cosntrucción humana, puesto que; a diferencia de otros continentes, que tienen una unidad geográfica muy definida; Europa, en realidad, no es más que una península de Asia. Claro que eso no lo sabían los antiguos, que fueron los que dividieron el mundo en continentes. Sin embargo, en esa península se dan una serie de características comunes que la individualizan; características fundamentalmente de tipo cultural. Europa es la cuna de la civilización clásica grecolatina, una civilización que hizo del latín la lengua común hasta mucho después de que hubiese dejado de ser utilizada por el pueblo; puesto que se mantuvo en las universidades, los monasterios y la liturgia, como lengua culta y de transmisión del saber. Con el tiempo esta cultura se convertiría en el modelo civilizador de todo el mundo y llegaría a dominarlo.

Europa, por su posición en el globo terráqueo, entra dentro del dominio de los climas templados y fríos del oeste de los continentes. Son, en general, climas agradables y buenos para la agricultura actual.

Fuente: monografias.com

El clima de Europa

El clima europeo está determinado por la posición de Europa en el globo, entre las latitudes medias y altas del norte y en la fachada occidental del continente eurasiático. Le afectan las masas de aire polar marítimo y polar continental, pero también las masas de aire tropical marítimo, y sólo en ocasiones tropical continental. La constante presencia de masas de aire marítimo hace del europeo un clima estable y agradable.

El territorio está dentro de los centros de acción de: el frente polar, que a través de la borrasca de Islandia y la corriente en chorro canaliza las masas de aire polar marítimo que llegan a Europa; el anticiclón siberiano que se instala en invierno sobre Siberia y canaliza las masas de aire polar continental, y el anticiclón de las Azores que canaliza las masas de aire tropical marítimo. Estos son los centros de acción principales, pero también hay algunos secundarios y estacionales, que canalizan masas de aire ártico o tropical continental. En las regiones centrales aparecen anticiclones térmicos en invierno, así como en ciertas regiones del Mediterráneo. En otras, como el mar de Liguria, en otoño aparecen borrascas convectivas. En muchas regiones, como en España, el relieve tiene una importancia decisiva en la definición del clima que, sin modificar los valores típicos del clima zonal, lo hacen mucho más extremo, otorgándole un alto grado de continentalidad.

Cuatro son los climas más importantes en Europa: el clima mediterráneo, el clima marítimo de la costa oeste, el clima seco de las latitudes medias, y el clima continental húmedo, pero también encontramos, en regiones del norte, el clima de los bosques boreales y el clima de tundra.

En bicicleta gratis por Europa

La bicicleta es uno de los medios de transporte más difundidos y utilizados en Europa. Como en Ámsterdam, capital de los Países Bajos y ciudad europea que posee más bicicletas por número de habitantes; su uso fue extendiéndose y ganando adeptos en las principales ciudades del viejo continente.

Cada vez más europeos eligen este medio de transporte gratuito, saludable y no contaminante. De esta forma se han creado varias redes de uso y alquiler de bicicletas para transformarlas en un verdadero servicio, útil para los habitantes y sumamente atractivo para los turistas.

Desde hace varios años en Copenhague residentes y visitantes pueden usar bicicletas gratuitamente: hay 1300 en plaza para circular por el centro de la ciudad. El acceso a ellas es muy simple; solamente hay que depositar una moneda para sacarla del parking que luego es devuelta al usuario cuando la bicicleta vuelve a ingresarse en alguno de los 125 parkings.

Siguiendo el ejemplo de los países nórdicos, recientemente comenzó a funcionar en París el sistema de bicicletas compartidas más grande de Europa, denominado “Velib”. Esta novedosa red cubre la ciudad entera, con 20 mil bicicletas y 1.500 parkings donde pueden dejarse o recogerse. El programa intenta estimular la devolución rápida y así lograr una mayor disponibilidad para la mayor cantidad de personas posible. De este modo, pueden usarse gratuitamente hasta 50 minutos, luego se abona 1 euro si se cumple la hora y si se utiliza durante más tiempo los costos se elevan considerablemente.

La lista de ciudades europeas que pueden recorrerse en bicicleta se va ampliando todos los días. La planificación urbana del transporte y el tránsito las incluye como medio de transporte, para el cual destina carriles especiales en las calles y estos tipos de sistemas de uso. Con similares características al Velib de París encontramos el Citybike en Viena, al Ciclocity en Bruselas y a otras redes en ciudades españolas como Barcelona, Sevilla y Guijón